Faustino Reyes Díaz.
Gritería, Galván. Parecería insólito, pero la civilización no llega a un sector de la comunidad de Gritería, varias personas residen en chozas levantadas entre cambrones, guasábaras, bayahondas y arroyos, algo muy parecido a la era precolombina.
La señora Juliana Montero y su marido, luego que desaprensivos incendiaron su vivienda, levantaron un cuartucho con techo y paredes de palmas.
“Cuando llueve escampa afuera y sigue lloviendo dentro. Espero que me hagan mi casa, yo me siento bien porque todo viene por obra del Señor, yo era una muer descarriada pero me reconcilié otra vez”. dijo la humilde mujer.
La situación de Yeiri Cuevas y Gerson Silfa, no tiene gran diferencia “necesitamos una ayuda por aquí arriba. No tenemos agua, la luz tuvimos que ponerla desde por ahí afuera y ya usted ves el zinc que tenemos”, dijo Cuevas.
Las escasas fuentes de ingresos, se suma a los males de Gritería “yo soy de loma y vivo aquí y no encuentro que hacer porque no hay un chin de agua para regar una mata de limón ni de plano”, dijo, Cesar González Novas.
Gerson Silfa, es otro hombre que escasamente encuentra que darle de comer a su familia “nosotros vivimos de echar un día, a veces no todo el tiempo”, dijo.