Por Guillermo Cuevas.-
Estamos en un mundo donde la gente entiende que las economías dependen, fundamentalmente de los recursos naturales. Es así como el Cambio Climático es visto como el momento cumbre para los recursos, pero la preocupación es igual en cuanto a la escasez de agua, alimentos y suelo.
Algunos Estados gestionan los recursos naturales de forma pragmática para hacer el mayor bien al mayor número de personas y están preparados para tomar medidas drásticas para protegerlos.
Algunos creen que con medidas fuertes y coherentes se salvaguardan nuestros recursos y el futuro de las nuevas generaciones. Los países pobres con recursos naturales bien manejados prosperan, pero los que no tienen recursos naturales no tienen ni siquiera poder de negociación.
En ese contexto me pregunto, ¿qué poder de negociación tendrá el municipio de La Descubierta, cuando estamos dejando que desaprensivos se lleven nuestros recursos naturales sin mediar palabras?
El tráfico de guaconejo, el que se realiza a plena luz del día y con marcadas complicidades, es un daño terrible a nuestros recursos. Nuestras laderas están quedando desprotegidas de las raíces de ese árbol.
Las escorrentías son cada vez más pronunciadas. El arroyo Hierba Buena arrastra cada vez más piedras y lodo. La capa vegetal de nuestros suelos se va por arrastre al Lago Enriquillo.
Y entonces, dónde están las autoridades de medio ambiente que son tan perniciosas? ¿O es que los que se están lucrando de ese negocio van a dejar a La Descubierta sin capacidad de negociación frente a las medidas de adaptabilidad al cambio climático?