Por Newton de la Rosa
Los aires de cambios expresados en las urnas dejan también una nebulosa sobre el futuro del liderazgo tradicional, que había impuesto en los poderes estatales anacrónicos métodos de dirección ignorando los reclamos de las nuevas generaciones.
La humanidad está entrando en una etapa de cambios tectónicos. Un ejemplo de lo anterior son los partidos políticos, donde muchos están naciendo, otros se están transformando y otros más están muriendo.
Considerando que los partidos políticos son elementos del sistema político que intermedian entre la sociedad y el régimen político, esta representación se articula asumiendo varias funciones, las cuales tradicionalmente se sitúan en las siguientes dos direcciones: en la sociedad, desempeñan funciones de socialización, movilización , representación y participación, y en el régimen político, desempeñan funciones de legitimación y operatividad.
Con todo ésto debemos reconocer, que vienen grandes cambios, y muchos dejarán a sus amigos políticos, olvidados en un recóndito lugar, pero también debemos reconocer los que son «amigos de los amigos», en las buenas y en las malas, los que ponen sus talentos al servicio de los demás, sin importar que pertenenezcan o no a un mismo partido político, a esos nuestro reconocimiento total.