Serio y con rostro apesadumbrado, Obama ofreció una breve declaración en la sala de prensa de la Casa Blanca en la que lamentó «profundamente» lo ocurrido y transmitió sus condolencias a las familias de los dos fallecidos, el estadounidense Warren Weinstein y el italiano Giovanni Lo Porto.
«Como presidente y comandante en jefe, me responsabilizo totalmente de todas nuestras operaciones antiterroristas, incluida la que involuntariamente se cobró la vida de Warren y Giovanni», afirmó Obama.
Warren, cautivo desde 2011, y Giovanni, en manos de los terroristas desde 2012, eran trabajadores humanitarios en Pakistán.
Ambos murieron «accidentalmente» en enero pasado en una operación antiterrorista de EE.UU. que estaba dirigida contra un complejo de esa red terrorista localizado en una región fronteriza entre Afganistán y Pakistán.
«Creíamos que era un complejo de Al Qaeda, que no había civiles presentes y que capturar a esos terroristas no era posible», explicó Obama al indicar que ordenó desclasificar y divulgar públicamente lo ocurrido porque las familias de los dos rehenes fallecidos «merecen saber la verdad».
Según el presidente, ese operativo fue «totalmente coherente» con los principios que guían las operaciones antiterroristas de EE.UU.
«Una de las cosas» que hacen de EE.UU. un país «excepcional» es «nuestra disposición a enfrentar de lleno nuestras imperfecciones y aprender de nuestros errores. He ordenado una revisión completa de lo ocurrido. Vamos a identificar las lecciones que se pueden aprender de esta tragedia», prometió Obama.
Asimismo, aseguró que Estados Unidos hará «todo lo posible» para evitar «la pérdida de vidas inocentes» en sus operaciones antiterroristas.
Antes de la comparecencia del presidente, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, informó en un comunicado de la muerte de los dos rehenes y de que el Gobierno cree, además, que «otros dos estadounidenses» vinculados a Al Qaeda perdieron también la vida en operativos antiterroristas en la misma región fronteriza.
La Casa Blanca cree que Ahmed Farouq, un estadounidense que fue líder de Al Qaeda, resultó asesinado en la misma operación en la que fallecieron los dos rehenes, y Adam Gadahn, también estadounidense y «destacado miembro» de la red terrorista, perdió la vida en enero en otro operativo