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Opinion.-Los dominicanos en tiempos de política nos olvidamos de todo

Por Natanael Matos

Los dominicanos en tiempos de política nos olvidamos de todo. Olvidamos hasta los valores éticos y morales que desde años venimos practicando.

Tenemos pendiente más lo que vamos a ganar, si gana tal o cual partido, que lo que ganará el país para su bienestar.

Es tanto ese fanatismo que nos olvidamos de la familia, de los hijos, de las esposas para tirarnos a las calles a hacer campañas sin importar si vuelven o no. Quieren imponer un ideal político a todos los que les rodean sin importar las creencias que los demás tengan.

Lo que esos dominicanos no saben es que la política pasa, mientras que las amistades y la familia quedan. ¿Cuántas veces vemos a muchos en las esquinas discutiendo por defender un partido político? Vemos cómo hombres y mujeres discuten con el hermano que han tenido por años, incluso que muchos llegan hasta el punto de usar la violencia, no sabiendo que la política es pasajera.

Querido dominicano, en este tiempo se debe tener en cuenta lo siguiente: la política es por tiempo, los amigos no; la política pasa, los amigos y la familia no; cuando agredes a alguien en tiempo de política, tú serás el responsable, y olvidalo ningún político va a responder por tus hechos ni irá a la cárcel por más fanático que seas de un partido. Porque mientras los pobres se matan defendiendo un partido, los aspirantes y ricos brindan juntos al choque de copas y con risas.

Todos somos políticos por el hecho de pertenecer a una polis, por el hecho de ser ciudadanos, y tenemos el derecho y el deber de votar, pero no perdamos la cordura en estos tiempos; más bien seamos conscientes y pensemos ¿Qué ocurrirá después del 15 de mayo cuando todo haya pasado?, ¿Qué pasará cuando te grite la conciencia porque ofendiste a un amigo y tu partido perdió? Quién crees que perderá más, tú o tu partido?.

Esto es un llamado a la consciencia Dominicana Barahonera. Dios nos ampare y nos guíe en estos últimos días de política y nos haga entender que es solo un proceso para elegir el bienestar del país, no el bienestar propio, y que la política es pasajera, pero los amigos y la familia se quedan para toda la vida. Dejemos las ofensas y la violencia y recordemos que Dios nos juzgará por nuestros actos.

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