Por Praede Olivero Féliz.
BARAHONA.- Ni la Belfond, ni el gobierno, ni nadie, absolutamente nadie, tienen derecho a traer destrucción y muerte a Barahona, cuando lo que queremos es vida, desarrollo y progreso para nuestra patria chica.
Hemos cifrado nuestras esperanzas de progreso y desarrollo en el turismo, la producción agropecuaria de la región y la educación, renglones en los que hemos recibido poco apoyo para ahora venirnos con el cuento de que lo que nos toca es contaminación y muerte en nuestro puerto y montañas.
Primero exportando yeso desde el puerto y luego block, arena y gravas, nos llenan los pulmones de polvillo y nuestro malecón permanece polvoriento, ahora la Belfond exportará carbonato de calcio, con más polvillo para tratar de matarnos más rápido.
Y la muerte desentierra sus raíces y nos arropa, cuando destruyen las verdes montañas, santuario sagrado del cacique Enriquillo en la Sierra del Bahoruco, lo que provocará que sequen los pocos ríos que nos quedan, ya que una parte desaparecieron con la deforestación y la contaminación, regresando sólo cuando grandes lluvias, tormentas, ciclones y huracanes nos atacan, ampliando el espectro de la muerte.
A las autoridades que han autorizado a la Belfond a traer destrucción y muerte, que se preparen para la condena del pueblo y de la historia.
Al pueblo, a los barahoneros de aquí y de allá, que se preparen para luchar y vencer, que si los indios pelearon por sus tierras y por su gente, en una época de la desinformación, hoy en la época de la información, debemos pelear más, decidir que queremos la vida por encima de la muerte y eso sólo se logra luchando para que la Belfond y sus aliados no logren destruir a Barahona sembrando muerte y destruyendo vidas.