Durante la preparación de la Caracterización y la Agenda Ambiental y de los Planes de Desarrollo de los Territorios Rurales (PEDETs) de la provincia de Barahona, conocimos con mayor profundidad sobre el ataque de la roya a los cafetales.
Visitamos zonas cafetaleras en Enriquillo, Paraíso Polo. En todas vimos el descalabro de la caficultura provincial.
Observamos productores apegados a su caficultura y en constante lucha, pero la enfermedad les ganaba la batalla. Así, la soledad y el abandono daban paso a la desesperanza y a la impotencia.
A pesar de ello, conocimos también el lado positivo y vimos cómo un productor y técnico agrícola, el Ing. Benjamín Toral Fernández, con esfuerzo propio, le había ganado la batalla a la roya maldita, sembrando su finca con la variedad Catimor y creando un ambiente cafetalero de alta productividad.
Benjamín Toral, no solo hizo eso sino que además proveyó con más de un millón de plántulas de la variedad a los productores más cercanos. Al día de hoy ha logrado cambiar la realidad en un grupo de productores y ya pasa los 3 millones de plántulas de la nueva variedad.
Cambió la desesperanza por alegría y en recorridos realizados, vimos parcelas de la Cooperativa Agropecuaria de Chene (COOPACHENE), con plántulas jóvenes muy saludables y en inicio de floración.
Este ejemplo extraordinario motivó a muchos productores, para rehabilitar sus parcelas con la nueva variedad. Así, productores de Paraíso, Polo, Enriquillo y otras zonas gestionaron para lograr su mejoría. Técnicos Agrícolas y del Consejo Dominicano del Café (CODOCAFE), presentaron propuestas que se hicieron llegar a instancias locales y nacionales y a través del PlanBa tocamos el tema para la búsqueda de un programa de rehabilitación cafetalera.
Estos esfuerzos no llegaron a cuajar durante los años 2013 al 2016 y en esos años solo nos llegó a la mente la sentencia del Papa en su Encíclica “Laudato Si”, en la cual afirma que dentro de la vorágine del capitalismo, a los gobiernos, a los empresarios y al gran capital, solo les interesan sus intereses políticos, empresariales y de negocio y por ello, se acostumbra excluir, desechar, no tomar en cuenta a los sectores desposeídos, a los pobres; en sus pretensiones de crecimiento económico, con máscara de “desarrollo”
Al final del 2017, desde el Gobierno y por sugerencia de caficultores nacionales, se conformó el Instituto Dominicano del Café (INDOCAFE), con el objetivo de subsanar la falta de liderazgo del sector, que llevó a la decadencia y secuestro del CODOCAFE.
Según un técnico y productor muy calificado en esa área, “el desarrollo organizativo de la nueva institución, en apenas cuatro meses de creado, ha estado influido por el caciquismo burocrático prevaleciente en el gobierno dominicano y por el
lobbismo de algún congresista, logrando crear una composición institucional del nuevo INDOCAFE con técnicos y gerentes pertenecientes al sector arrocero”.
O sea que expertos en siembra de arroz en las llanuras y suelos de alto nivel freático y arcillosos, ahora “dirigen y lideran”, la producción de la caficultura, que se da en las montañas y con alta infiltración de las aguas. Se dice que el remedio es peor que la enfermedad ¡MADRE MIA!
Estas son las realidades del llamado Programa de Reforestación, iniciado en nuestra provincia desde el pasado año. Conocemos que en el caso de nuestra zona cafetalera se ha estado cultivando la variedad Catimor y otros cultivos, pero desconocemos si ello responde a las directrices básicas del cultivo del café. Además, sería importante saber si en esa reforestación se prioriza el manejo adecuado de las cuencas de las zonas intervenidas, así como el apoyo en la dotación de las instalaciones locales, donde faltan.
Ahora y a partir de la nueva realidad, se nos ocurre plantear que por la Ley de Pagos por Servicios Ambientales, se les garantice a todos los productores de las zonas cafetaleras un pago mensual y compensaciones que cubran sus necesidades básicas. Recursos que pueden salir de los que cobran las oficinas de INAPA por las facturas del agua a los usuarios de acueductos y de los recursos del INDRHI, por el cobro del uso de agua para irrigación, así como de los recursos generados por las EGEHID al vender la electricidad hidráulica que generan.
Rafael Matos Féliz
Por el Desarrollo Sostenible.