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República Dominicana DELINCUENCIA Y MERCADO DE CAPITALES

República Dominicana
DELINCUENCIA Y MERCADO DE CAPITALES
Por Guillermo Cuevas Medina
Comunicador
En todos los países, sean estos organizados o no, existen los denominados mercados de capitales. En un mercado de capitales se realizan transacciones donde se intercambia capital y créditos utilizando instrumentos financieros de mediano y largo plazo, tales como acciones y bonos de empresas, bonos del gobierno, entre otros. 
Los agentes económicos que participan en el mercado de capitales, incluyen bancos comerciales, banca de inversión, bolsa de valores, banco central, etc.
Para que un mercado capital se desarrolle de forma saludable, en la economía debe existir una serie de condiciones básicas. Debe haber un clima de estabilidad, no solo de precios y económica, sino también política; deben existir los instrumentos financieros adecuados, las instituciones adecuadas y las leyes bien definidas que sirven de soporte a los mismos. 
Debe haber estabilidad social, donde los ciudadanos salgan a las calles arropados de toda confianza sin el temor de que en cualquier esquina puede ser víctima de desaprensivos. 
Un mercado de capital saludable, seguro, sin temores, es esencial para una economía sana, ya que puede generar los ahorros necesarios para contribuir con el financiamiento de las futuras inversiones y por tanto con el desarrollo del país.
El mercado de capitales permite a la economía contar con medios alternativos para ahorrar y hacer que esos ahorros se conviertan en inversión. Cuando existe un mercado de capitales, los agentes económicos van a tener una variedad de opciones (en forma de instrumentos de mediano y largo plazo) para poder colocar sus ahorros. 
Esto permitirá que tanto las empresas como el gobierno tengan fuentes alternativas donde buscar recursos que necesitan para invertir o financiar sus actividades. Así, cuando una empresa vende acciones o bonos, estará recibiendo a cambio de los bonos una cantidad de recursos que podrán ser utilizados para financiar sus actividades.
Sin embargo, cuando en un país no existe un clima de estabilidad social y política, el mercado de capitales se tambalea, se debilita.
Los actores y sectores que interactúan en ese mercado pierden la confianza y sencillamente se apartan del juego, del intercambio, se retiran de las distintas acciones que se desarrollan en el sistema financiero. Ante la falta de confianza y estabilidad, se producen fugas de capitales. Los inversionistas se ponen chivos y orejones.
Es lo que podría ocurrir en el país, si se mantiene el actual clima de delincuencia que nos arropa. El hecho de que en República Dominicana se hayan producido 4 atracos a igual número de instituciones financieras, en poquito menos de 4 meses, deja mucho que decir y es una situación que debería llamar poderosamente la atención del gobierno. 
De nada serviría una economía en franco crecimiento sin estabilidad social, con temor de la gente de salir a las calles.
No basta con la muerte de Jhon Emilio Percival Matos, a quien se le indica como el principal cabecilla de una banda que se dedicaba a atracar bancos. La muerte del joven oficial no es un ingrediente suficiente para que se cante victoria y para que se diga que la tranquilidad en el país retornará. 
Deben los organismos de seguridad del Estado diseñar un Plan muy serio de seguridad no solo de las instituciones que forman parte de nuestro sistema financiero, sino también de la ciudadanía que interactúa con esas instituciones, a los fines de que el mercado de capitales nuestro se mantenga fortalecido y se despejen temores. 
Se trata de un gran reto de las autoridades dominicanas, que exige echar a un lado las pasiones, la prepotencia, los palos a ciega…Ese plan debe tomar como prioridad también a los de a pie que van a las tiendas, a los supermercados, a su trabajo
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