Los residentes denuncian que estas competencias ilegales se llevan a cabo en las madrugadas, perturbando el sueño de quienes buscan descansar después de una jornada laboral. Además de la contaminación sonora, los jóvenes involucrados en estas prácticas realizan maniobras temerarias, lanzan piedras a las viviendas y provocan disturbios que atemorizan a toda la comunidad.
“No podemos seguir soportando esta situación”, expresó [nombre del vecino entrevistado], quien asegura que los jóvenes se muestran cada vez más desafiantes y agresivos. “Tememos que se produzcan enfrentamientos si las autoridades no actúan de manera contundente”, agregó.
Los vecinos hacen un llamado urgente a la Policía Nacional para que intervenga y ponga fin a estas carreras clandestinas, las cuales representan un peligro tanto para los participantes como para los residentes de la zona. Asimismo, solicitan el reforzamiento de la vigilancia policial en el sector durante las horas de la madrugada para prevenir nuevos incidentes.