Autora: Margarita Cedeño de Fernández
Un simple vistazo al panorama internacional, especialmente a los principales medios de los países más influyentes del mundo, como Le Monde de Francia,Der Spiegel de Alemania, New York Times o Washington Post de Estados Unidos, demuestra que el tema migratorio es preocupación para todos los gobiernos del mundo.
Hace apenas unos días fue tendencia mundial un video de la Canciller alemana, Ángela Merkel, en el cual una niña inmigrante de Palestina la dejó sin palabras y sin aliento, luego de cuestionarle sobre la política migratoria alemana, que plantea devolver a sus países de origen a cientos de miles de inmigrantes. El país más próspero de la Unión Europea enfrenta el reto de una gran cantidad de inmigrantes que ingresan por Bavaria, para quienes no dispone de los recursos necesarios para atenderles.
De su parte, los medios estadounidenses se ven copados por el tema migratorio, no solo por los desafortunados comentarios del precandidato a la presidencia por el partido Republicano, Donald Trump; sino también por la política migratoria de Barack Obama, que ha sido cuestionada por sus opositores.
Apenas hace unos días, Hillary Clinton realizó un encuentro con latinos indocumentados en Las Vegas, quienes le manifestaron su deseo de continuar aportando a la economía estadounidense, para lo cual la precandidata propone un amplio programa que facilite a los inmigrantes obtener una condición legal, siempre que puedan demostrar sus aportes al país.
Hay que recordar la grave crisis humanitaria que protagonizó una deportación masiva de pobres e indefensos niños inmigrantes de Centroamérica, acción que no fue denunciada oportunamente por la OEA.
Otro caso es el de Hungría, que inició hace poco la construcción de un muro que le divida de Serbia, para evitar la inmigración de ilegales del Oriente próximo y de África. Por igual, en Europa se presenta la situación con los inmigrantes provenientes de Siria y Eritrea, que cruzan el mar mediterráneo para establecerse ilegalmente en Italia o en Grecia, donde solicitan asilo.
Esta situación ha obligado a Francia a revisar su política de asilo, la cual fue modificada en el 1991 para evitar que se utilizará la figura del asilo para propiciar la migración ilegal. Es Francia la Nación que ha apelado por muchos años a su soberanía para frenar la inmigración ilegal en su territorio, a pesar de las presiones del Derecho comunitario.
En Tel Aviv hemos visto la decisión del gobierno israelí de deportar a decenas de miles de inmigrantes ilegales que provienen de África. Sin embargo, la noticia da cuentas de la dificultad que tiene Israel para regularizar o deportar a los inmigrantes ilegales, por las deficiencias institucionales de los países de donde provienen.
De otra parte está el caso de Suiza, donde el año pasado una mayoría de votantes se mostró de acuerdo con introducir restricciones en el número de extranjeros que puedan vivir y trabajar en dicho país, donde el 27% de la población es inmigrante.
No puedo dejar de mencionar el caso cercano de Bahamas y la deportación de haitianos indocumentados. Distintos medios internacionales reportaron la existencia de centros de detención para ilegales, e incluso, para el próximo año escolar, el gobierno de Bahamas exigió a los centros escolares asegurar que todos sus estudiantes tengan una situación migratoria esclarecida.
Lo que nos demuestran los reportes de distintos países del mundo es que cada Estado está delineando distintas estrategias para regular la inmigración ilegal y regularizar el estatus de quienes se encuentran en su territorio de manera irregular. Es justamente lo que estamos haciendo en la República Dominicana.
En todas las latitudes, en países pobres y en países ricos, se aprecian distintas situaciones relacionadas con este tema. Lo que sí notamos es que cada país ha tomado decisiones basadas en su propio ordenamiento jurídico y en el marco de los acuerdos internacionales que ha aceptado.
Así hemos hecho en la República Dominicana, valiente y responsablemente, bajo el liderazgo del compañero Presidente Danilo Medina y no vamos a dar un paso atrás en nuestro objetivo de regular la situación migratoria en nuestro país, apegados al respeto a los derechos humanos.