Autor JULIO GOMEZ FELIZ
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Las naciones grandes del mundo no tienen derecho a someter a los pueblos a tanto nerviosismo con amenazas y tantos preparativos de guerra, como diariamente lo recogen los medios de comunicación del mundo y así de manera cruda lo percibe y lo padece la humanidad en los últimos tiempos.
Últimamente a muchas naciones, grandes y pequeñas, –mayormente en el continente asiático, en el Medio Oriente y lo mismo en parte de Europa- uno las ve envueltas en poco acostumbrados aprestos cunde la sospecha que con propósitos bélicos y no hay dudas que con fines guerreristas.
Imaginémonos señores lo que parecería un mundo en el que la inmensa mayoría de sus habitantes, en sus cuatro extremos, se están cayendo a pedazos del hambre, producto de la injusta o desigual distribución de las riquezas, lo que está generando inusitadas oleadas migratorias de unos países a otros, en búsqueda de sobrevivencia y que de repente estalla una conflagración armada generalizada… a donde llegaríamos?
Que ocurriría finalmente?
Ante tal virtual pero posible posibilidad, eso se lo dejamos de tarea a quienes en este mundo volátil e inseguro por todos los lados, a gobernantes y gobernados, a los económicamente poderosos especialmente no.