Polo durante décadas su dinámica econòmica y social giraba en torno al café.
Sus lomas, caserìos y caminos durante meses estaban repletos de gente trabajando y bestias de carga transportando el producto.
Màs de la mitad de la población de la demarcación estaba concentrada en torno al café.
Hasta hace unos pocos años el problema de la Roya era manejable, pero el cambio climático y la falta de apoyo oficial, contribuyò a una agresiva expansión de la enfermedad, desplomándose los niveles de producción desde el 2014.
De acuerdo a una rápida consulta, en Polo hay unas 65 mil tareas dedicadas al café, en su inmensa mayoría atacadas por la Roya.
Unos mil productores y sus dependientes, soportan grandes penurias, sacando laticas del grano, que apenas dan para el consumo familiar.
Productores consultados dicen que la falta de un contundente apoyo gubernamental, es responsable de la penosa situación.
Precisan que se requiere la creación de màs viveros en la parte baja de Polo para producir y distribuir mayor cantidad de plantas de variedades resistentes a la Roya.
La falta de abonos y fertilizantes-apuntan-es otro factor adverso. Caminos en mal estado y dificultades de financiamiento, son también obstáculo.
Ante percepción de que en el corto plazo, las cosas no mejoraràn, algunos caficultores están sembrando chinolas y otros rubros.
A pesar de estas graves limitaciones, los y las productoras de café de Polo, asì como el resto el resto de las familias cafetaleras que viven en las lomas barahoneras, están dispuestas a “echar el pleito”, a fin de que el producto Rey de la sierra de Bahoruco, vuelva a pasearse por las mejores plazas del mercado gourmet europeo