Enriquillo, Barahona, 3 de marzo de 2024. Enriquillo, un municipio bendecido con una mina de energía renovable que genera millones de dólares anuales, debería ser un oasis de prosperidad. Sin embargo, la realidad es desoladora: pobreza, desempleo, hambre y una gestión administrativa deficiente ahogan a sus habitantes.
Ignorancia y falta de liderazgo: Más del 96% de la población desconoce la riqueza que les pertenece. Cada cuatro años, las autoridades electas invierten millones en sus campañas, pero no exigen a la empresa minera que cumpla con su responsabilidad social de invertir en el municipio.
Cúpula indolente: Juntas de vecinos, ayuntamiento y grupos sociales no han tenido la voluntad ni la capacidad de liderar proyectos que beneficien a la comunidad. La empresa minera, consciente de la desidia de las autoridades locales, se aprovecha de la situación y no cumple con su compromiso social.
Un futuro incierto: Enriquillo se encuentra en una encrucijada. Si no se toman medidas urgentes para cambiar la actual dinámica, el futuro del municipio seguirá siendo sombrío. Se necesita un liderazgo honesto, capaz y comprometido con el desarrollo de Enriquillo.
Llamado a la acción: La comunidad debe despertar de su letargo y exigir a sus autoridades que gestionen de forma eficiente los recursos del municipio. Solo así se podrá romper el ciclo de pobreza y abandono que ha caracterizado a Enriquillo durante demasiado tiempo.
Es hora de que Enriquillo deje de ser un millonario en recursos y se convierta en un municipio próspero para todos sus habitantes.
Tomado de EnrriquilloDigital & o Giorgive Pérez