OPINIÓN

¿Falta de palabra o de acción? Las promesas incumplidas ensombrecen la gestión presidencial

El presente escrito busca analizar, desde una perspectiva crítica, la recurrente situación de promesas incumplidas por parte del gobierno actual. A través de testimonios de ciudadanos y de un análisis de la coyuntura política, se pretende evidenciar una aparente disociación entre el discurso oficial y la realidad que viven las comunidades, especialmente en lo que respecta a la ejecución de obras públicas.

La proliferación de quejas ciudadanas respecto a promesas incumplidas, especialmente en lo referente a la construcción de infraestructuras básicas como escuelas, puentes y calles, ha generado un creciente descontento social. La pregunta que surge de manera recurrente es si esta situación se debe a una falta de voluntad política para llevar a cabo los proyectos prometidos, o a una incapacidad de los funcionarios para ejecutar las órdenes emanadas desde la Presidencia.

La insistencia de los ciudadanos en reclamar el cumplimiento de las promesas realizadas por el Presidente durante sus visitas a las comunidades evidencia una profunda sensación de abandono y desconfianza hacia las instituciones. La falta de respuestas concretas y de acciones efectivas por parte de las autoridades ha generado un clima de frustración que se ve reflejado en los medios de comunicación.

Es importante destacar que la situación descrita no es un hecho aislado, sino un patrón que se repite en diversas regiones del país. La pregunta que surge es si los gobernadores, en calidad de representantes del poder ejecutivo a nivel provincial, están actuando como intermediarios efectivos entre los ciudadanos y el gobierno central.

Análisis y Reflexión

La anécdota de Gabriel García Márquez, quien en medio de una asignación periodística terminó convocando una huelga que logró visibilizar las demandas de una comunidad, resulta ilustrativa en este contexto. Si bien se trata de una historia ficcionada, pone de manifiesto el poder de la acción ciudadana y la necesidad de que los gobernantes estén atentos a las demandas de la población.

En nuestro país, la falta de respuestas a las demandas ciudadanas genera un clima de desconfianza que puede tener consecuencias negativas para la gobernabilidad. Es fundamental que el gobierno demuestre una mayor sensibilidad hacia las necesidades de la población y que cumpla con las promesas realizadas.

En Conclusión Las promesas incumplidas no solo generan un sentimiento de frustración en la ciudadanía, sino que también erosionan la confianza en las instituciones. Es necesario que el gobierno adopte medidas urgentes para revertir esta situación y demostrar que está comprometido con el bienestar de la población. La transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana son elementos clave para construir una democracia más sólida y equitativa.

Firma

Alejandro Santana Director de Barahona Hoy.Net Periodismo de opinión