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Haití: “un gran cementerio donde nadie quiere entrar, nadie quiere quedarse, y pronto nadie va a venir”

Santo
Domingo, Rep.Dom.-
El diario
haitiano, Le Nouvelliste, acaba de dar la mejor definición de lo que es Haití,
gracias a la «poderosa élite», de origen francés, claro. Esto es
Haitï: “en un gran cementerio donde nadie quiere entrar, nadie quiere quedarse,
y pronto nadie va a venir”.

En eso ha
sido convertido Haití, y a Le Nouvelliste le ha faltado decir que ese país es
un lugar en donde ni siquiera los haitianos quieran estar, por eso huyen hacia
la República Dominicana, donde reclaman derechos que no les corresponden, como
la nacionalidad, salud, trabajo, derechos humanos.

 El
periódico haitiano advierte que esa nación tiene que cambiar de rumbo, porque
no puede continuar “con gobiernos que no tienen éxito en ningún campo y hombres
de negocios que simplemente recogen sus pelotas lo más rápido posible, para ir
a invertir en otros lugares”.
En una
nota editorial titulada “La élite y el cementerio” Le Nouvelliste, a propósito
de un trabajo del Listín Diario, publicado el día ocho de este mes, sobre las
causas de la crisis haitiana, afirma que “los dominicanos hacen de profesores
ante la incompetencia de nuestras élites”.

El
trabajo de investigación del LIstín Diario con el título ¿A qué le huyen los
haitianos cuando deciden venir a RD? se refiere a las grandes riquezas de Haití
en manos de varias familias, la agresiva miseria de la mayoría de los
haitianos, y al control total de los ingresos por pocas familias.
La
publicación haitiana considera que el trabajo del diario dominicano es una
lección a la clase poderosa de Haití, que no invierte en el país, pese a la
miseria total de la mayoría de los diez millones de habitantes de ese país,
considerado un Estado fallido, pero no para la élite haitiana, los gobernantes
y los empresarios.
Según Le
Nouvelliste ese trabajo del Listín Diario es “para castigar la baja inversión
de los ricos de Haití”.
“No hay
dudas de que si el gobierno de Haití y los agentes económicos que están en
condiciones de influir en el resultado lo hicieran mejor, Haití, de otro modo,
y nuestros compatriotas, no necesitarían de la asistencia del otro lado de la
frontera”, sostiene el periódico haitiano.
“Los
dominicanos se agregan como profesores ante la incompetencia de nuestras
élites, ¿Quién se toma la molestia de contar con nuestra fuerza y nuestro
potencial y funcionar para el bien de nuestro país?”, reconoce Le Nouvelliste.
Más
adelante el diario expresa: “Si los empresarios haitianos o aquellos que se
enriquecen en Haití tuvieron buen cuidado en su afán de ganar, Haití sería
mejor”.
“Las
élites haitianas se creen inteligentes y posponen los problemas, dejando a
otros las responsabilidades que se niegan a tomar. Ellos colectan los
compromisos y los fracasos, sin pensar mucho en las consecuencias”, advierte.
“Ellos creen
que eso es inteligente. La inteligencia no es salir de una vuelta de los
problemas, sino anticipar el destino que espera al final del camino”, instruye
el diario de Haití.
 Por:
Enrique del Rosario