SANTO DOMINGO.- La República Dominicana conmemora este 16 de agosto el 153 aniversario de la Restauración de la República, fecha en que se inició el enfrentamiento bélico entre los nacionalistas y los españoles que volvieron a dominar el país luego de la declaración de independencia de la ocupación haitiana en 1844.
El general Pedro Santana traicionó a los patriotas que declararon la independencia y anexó el país a la vieja colonia, lo que provocó la rebelión de hombres y mujeres, principalmente de la región del Cibao.
Este hecho funesto para la República Dominicana, fue proclamado por el Presidente Pedro Santana, en un acto efectuado en la plaza de la Catedral de Santo Domingo, el 18 de marzo de 1861.
El movimiento restaurador inició el 16 de agosto de 1863 con lo que se conoce como “Grito de Capotillo” y con este inició lo que sería históricamente recordado como la Guerra de Restauración. El mismo se extendió desde 1863 hasta 1865.
La guerra restauradora fue liderada por los generales Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez. Estos levantaron la bandera dominicana en el cerro de Capotillo, Dajabón.
Tomado del portal del Ministerio de Educación
Al producirse la Anexión a España encabezada por Pedro Santana, quien traicionó el juramento hecho a la Constitución de la República. Esta situación provocó en los hombres y mujeres que si amaban su patria, enfrentar a la fuerza de ocupación española.
Esta gesta patriótica tuvo como principal escenario la región del Cibao, hombres como: Gregorio Luperón, Santiago Rodríguez, Gaspar Polanco, José Antonio Salcedo, Pedro Francisco Bonó, Lucas Evangelista de Peña, Federico de Jesús García, entre otros, batallaron con la fuerza anexionista para la Restauración de la patria.
Este hecho funesto para la República Dominicana, fue proclamado por el Presidente Pedro Santana, en un acto efectuado en la plaza de la Catedral de Santo Domingo, el 18 de marzo de 1861.
Días antes, 4 de marzo de 1861, el Presidente Pedro Santana, puso a circular un documento en el que a través de todos los generales y comandantes de armas que apoyaban sus ejecutorias, les informaba a las demás autoridades y a “las personas notables” , las iniciativas que se dieron para anexar el país a España.
Desde el primer momento una parte importante del pueblo dominicano rechazó los propósitos anexionistas de Pedro Santana y de inmediato comenzaron la resistencia para tratar de impedirlo.
El Gobierno de la Anexión reprimió a los patriotas que eran descubiertos en planes para restaurar la soberanía nacional. El 2 de mayo de 1861, el general José Contreras, Cayetano Germosén, y un grupo de patriotas tomaron el cuartel español de Moca, pero al poco tiempo el movimiento fue aplastado. Como medida de escarmiento fueron fusilados.
El 4 de julio de 1861, fueron fusilados en El Cercado, San Juan de la Maguana, el prócer Francisco del Rosario Sánchez y un grupo de sus compañeros que habían entrado por Haití en Junio para combatir el régimen anexionista.
Cuando ocurrió el hecho, el general Pedro Santana se desempeñaba como Capitán General de la Provincia de Santo Domingo, y estaba trabajando en la organización del Gobierno con los recursos que le había enviado España para mantener el control del Gobierno en su nuevo territorio.
De esa manera, el gobernador de Santo Domingo, quedó bajo la jurisdicción del Capitán General de Cuba, don Francisco Serrano, lo que convirtió al territorio dominicano en otro punto del conjunto de intereses de España en las Antillas del Caribe.
El 16 de agosto de 1863, se inició en el Cerro de Capotillo, esta gesta restauradora encabezada por Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez, quienes hicieron una audaz y valiente incursión izando en éste cerro la bandera dominicana, pero los españoles se resistían a salir del país y se concentraron en varios puntos del territorio nacional.
En un proceso de negociaciones se llegó al acuerdo que permitió su salida de República Dominicana, a partir del día 10 de julio de 1865, con lo que terminó de manera definitiva la Guerra de la Restauración. Ese día España y República Dominicana declararon el fin de la Guerra de la Restauración, los militares y el personal del Gobierno español de la Anexión comenzaron a salir del país en embarcaciones que tenían como destinos a Cuba, Puerto Rico y España.
El proceso de salida de los militares españoles terminó en 15 días, con lo que el país restauró la soberanía en todo el territorio nacional.
Lograr la salida de los españoles fue una tarea muy difícil para el Gobierno Restaurador del Presidente Pedro Antonio Pimentel Chamorro, quien defendió la soberanía nacional durante las discusiones con España, para lograr que aceptara la restauración de la Independencia de la República Dominicana y sacara del país los militares del Gobierno de la Anexión que permanecían en algunos puntos del país.
Apuntes del historiador Juan Daniel Balcácer
Con la Restauración, a partir de 1865 los dominicanos le pusieron fin a las hostilidades de la administración de los españoles y al despotismo y las arbitrariedades de Pedro Santana, quien fue el primer presidente del país, y pasó a convertirse en caudillo, gracias a sus ambiciones
Balcácer explica que la Anexión a España aniquiló la República, pero el triunfo de la Restauración implicó el nacimiento de lo que se conoce como Segunda República.
Detonante de la guerra. Los nuevos aranceles que impuso España a los dominicanos y el monopolio sobre el tabaco molestó a los comerciantes. También se temía que España retornara a la era de la esclavitud.
Además, Balcácer indica que el Gobierno impuesto por los españoles le prometió ventajas económicas y posiciones importantes en el tren gubernativo a la élite tanto militar como política que representaba el general Santana.
Las promesas fueron incumplidas, lo que disgustó a la clase social que se había identificado con la Anexión. Por otro lado, “los españoles sometieron a los dominicanos a precaria situación económica y a severos impuestos que terminaron disgustando al campesinado”.
Ni Santana ni Báez. La mayoría de los dominicanos se oponía a que Santana gobernara, y desconfiaba en un Gobierno de Buenaventura Báez, por considerarlo igualmente, anexionista. Estados Unidos no se interesó en la anexión.
Balcácer señala que Estados Unidos confrontaba problemas internos de unificación territorial entre el norte y el sur y en medio de la llamada Guerra de Secesión.
Tan pronto superó esas contradicciones, Estados Unidos aplicó la célebre Doctrina Monroe, según la cual ninguna potencia europea debía ejercer influencias coloniales en los pueblos de América Latina y del Caribe. Explica que esta fue una de las derrotas más vergonzosas para el el ejército imperial español, con una baja de 30,000 hombres. Fueron dos años de lucha, en la que se desató la fiebre amarilla.
Balcácer asegura que en el plano patriótico, los dominicanos emergieron de la contienda convencidos de ser capaces de defender su soberanía y, sobre todo, su identidad nacional.
La Guerra de la Restauración que puso fin a la Anexión a España y dejó al país devastado en lo político y lo económico, pero sus gestores entendieron que valía la pena abrazar esa causa y liberarlo.