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La Corrupción Dominicana en todos lados

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José Miguel Medina Tejeda
El fenómeno de la corrupción o enriquecimiento ilícito en la administración pública dominicana ha alcanzado dimensiones
desproporcionadas 
producto de una voluntad política permisiva
ante la depredación del erario público y la ineficacia de nuestra legislación
para sancionar a los funcionarios que en el ejercicio de sus 
funciones se enriquecen ilícitamente.

Son muy escasos los funcionarios que ejercen un cargo público y al término del
mismo no sean ya millonarios, creando de esta forma un negativo precedente para
las futuras generaciones, y socavando 
la moral de todo un pueblo que flaquea en la consistencia
necesaria para mantener la lucha contra la 
corrupción.

La corrupción administrativa se ha incrementado durante los últimos
veinticincos años, aunque ha existido desde los inicios de la vida
independiente.

Reseña
de la Corrupción en la 
Administración Pública
desde 1920-1993.-
En el período comprendido entre 1916-1924 durante la primera ocupación de
los 
Estados Unidos a nuestro
país fue creado el 
Servicio Civil,
adjunto a una comisión que entre otras funciones tenía como tarea destituir los
funcionarios públicos y la realización de 
investigaciones relacionadas
con el 
servicios civil
mediante las órdenes ejecutivas no.16 de 1917 y 452 de 1920.

Con el reglamento 1230 de 1929, que complementaba la ley 1144 del 1929 es
cuando se establece un verdadero procedimiento administrativo y contradictorio
en los casos de violación a la ley de los servicios estatales.

No obstante estos primeros intentos el fenómeno del enriquecimiento ilícito se
desarrolló con mayor énfasis con la llegada al poder de
Rafael Leónidas Trujillo, sin
olvidar desde luego que este vicio ha estado entre
nosotros desde los tiempos de la colonia cuando en 1508 Cristóbal Santa Clara
desfalcó la Real Hacienda, seguida esta acción por medidas de la Corona
Española que a la larga no lograron impedir que los gobernadores favorecieran a
sus amigos en los impuestos y
las reparticiones de indios.
El absolutismo que
representó Trujillo se caracterizó por ser la encarnación misma del Estado, es
decir, él era Ley, Batuta y Constitución»
lo que está muy bien expresado en su célebre frase «Dios manda en el cielo
y Trujillo en la República Dominicana».

A la caída de la dictadura (1961)
el país embriagado por la libertad de
la había sido privado durante treinta años entre en una fase de locuras
colectivas, que se caracteriza por el paso de gobiernos provisionales y la
lucha por el establecimiento de la democracia con
su sistema de
partidos y todos los vicios que la conocemos hoy.

Los diversos casos de corrupción continuaron y no hubo ningún esfuerzo de
adecentar la administración pública
dominicana ni en base a la legislación existente en nuestro Código Penal,
que es mandatorio y a la que tanto el Presidente de la República como los demás
funcionarios juran cumplir y hacer cumplir conforme el mandato constitucional
al que están sujetos, ni nuevos esfuerzos legislativos encaminados a la
persecución y sanción de la comisión de enriquecimiento ilícito.
Luego de la caída del Prof. Juan
Bosch
, y su sonada frase de «borrón y cuenta nueva»
característica firme de que no se hizo nada por someter a los depredadores del
erario público, lo mismo habría de acontecer en los años subsiguientes y con
los mandatarios que siguieron a éste.
Conoce el país sobre todo al final del último cuatrenio una desmoralización
de la corrupción en la administración pública dominicana, como nunca antes y
que fue lo que permitió al entonces Presidente Dr. Joaquín Balaguer decir en
una ocasión que la corrupción se detenía en la puerta de su despacho».

El 
gobierno siguiente correspondiente esta vez a «Don Antonio Guzmán Fernández» también
volvió a repetir el sonado caso de «borrón y cuenta nueva», quedando
impune nuevamente el delito, pasado este gobierno comienza la campaña
«Manos limpias» del Dr. Salvador
Jorge Blanco
«, símbolo de la esperanza nacional, que había prometido a
la 
nación perseguir la corrupción administrativa hasta las
últimas consecuencias, pero en su periodo gubernativo el prominente jurista
santiagués no sólo no la persiguió con lo que se había comprometido frente a
la 
nación, sino que la apadrinó y la llevó hasta la misma silla
presidencial.
Durante el período 86-90 hubo abundante denuncias de corrupción y el país
no ha visto caer la primera mano.
A su regreso el viejo zorro Dr. Joaquín
Balaguer
que había enarbolado en su campaña electoral que: «Pongo mis
manos para que me la corten si el pueblo me favorece con su voto y desde la
Presidencia no corto la mano de cualquier funcionario público que se atreva a
cometer acto de corrupción». Nueva vez estos se traduce en simple palabra
para un pueblo ávido de 
justicia.

Todos estos concluyó si es que ha concluido con el más ejemplarizado caso de la
justicia mundial, tal es el de una condena de veinte años a un ex mandatario y
una ex–Secretario de las Fuerzas Armadas , el caso de el senador Feliz Bautista
,Víctor Díaz  Rúa  dos jueces corruptos .
Dios nos cuide .