Dionicio Hernandez Leonardo
El autor es Profesor Universitario Candidato a Vicerrector de extensión En la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD, 2018-2022.
Un día como hoy, 16 de febrero de 1973, a los 40 años de edad, murió fusilado Francisco Alberto Caamaño Deñó, en Nizaíto, Cordillera Central, República Dominicana. Fue un militar dominicano, que tuvo un rol protagónico durante la revolución cívico-militar que estalló el 24 de abril de 1965, en la República Dominicana, donde el pueblo se lanzó a la calle a protestar y a pelear por la vuelta a la constitucionalidad democrática de la república, que se interrumpió con el derrocamiento del presidente Juan Bosch; hecho ocurrido el 27 de septiembre de 1963. De esa revolución, que se extendió hasta el 3 de septiembre de 1965, Caamaño pasó a la historia como Héroe Nacional, ya que, a pesar de que era militar regular, peleó del lado del pueblo, en defensa de la Constitución y la Patria, que fue mancillada con la odiosa intervención norteamericana el 28 de abril de 1965. Por eso se le recuerda como “El coronel de abril”.
Caamaño, no comulgaba con el estilo de gobernar del presidente Joaquín Balaguer, en el famoso período de los 12 años (1966 a 1978), caracterizado por la represión, los enfrentamientos permanentes y las acciones antidemocraticas; razón por la cual encabezó un grupo de nueve combatientes que se entrenó en Cuba, y que arribó al país por Playa Caracoles, Azua, el 3 de febrero de 1973, para iniciar una guerra de guerrilla, que fracasó en su intento. A los 13 días de iniciada la guerrilla, Caamaño fue herido en combate y apresado vivo. Luego, por orden superior, fue cobardemente fusilado. Caamaño es un ícono de la libertad, del valor y de la lucha del pueblo dominicano; un héroe nacional ¡Caamaño vive!
Termino esta nota con un pensamiento del profesor Juan Bosch, cito: “Nadie se muere de verdad si queda en el mundo quien respete su memoria.”