SANTIAGO.- Desde el año 1966, cuando fue reportado como una plaga afectando los bosques de pino del país, el IPS Caligraphus, ha permanecido diezmando sobre todo la población del pino criollo o pinus occidentalis, contando hoy más que nunca con la apatía de las autoridades forestales encargadas de su control.
En efecto, el escarabajo o gorgojo barrenador que en ese ano fue reportado por el voluntario del Cuerpo de Paz Roland Billings, con afectación de los bosques de San José de las Matas, no se circunscribe hoy a esa zona, ataca y diezma amplias áreas del país.
Junto a los contrabandos de arboles, el IPS se ha constituido en una de las principales amenazas del bosque dominicano, y es que desde el Ministerio de Medio Ambiente, a pesar de que sus técnicos conocen a perfección la situación, no existe voluntad alguna para aplicar las practicas de manejo ante tal eventualidad.
Y ha sido una invasión progresiva la del Ips en nuestros bosques, para el decenio de los 80 no existía entre los 1,500 y los 1,800 metros sobre el nivel del mar, pero ya las invadió. La masa forestal afectada al día de hoy se calcula en más de medio millón de arboles, muchas de ellas sacrificadas en los últimos tres años.
Las zonas más densamente afectadas hoy día son Jarabacoa, Juncalito, San José de las Matas, e incluso la Sierra de Bahoruco. En este primer lugar se denuncia la presencia en Pinar Quemado, Las Cuchillitas, La Pina, Los Auqueyes
Se recuerda que expertos forestales del ministerio de Medio Ambiente, informaron sobre la plaga y sus efectos, así como las recomendaciones de lugar, pero prácticamente nada se hace, por la modorra con que se manejan las cosas en el mismo.
La sequia que afecta la cordillera central, donde solo ocasionalmente ha llovido en los últimos meses, es un caldo de cultivo para que el coleóptero siga multiplicándose y una plaga que hace unos 30 anos no constituía problema, ya si lo es por la inercia oficial.
En las plantaciones para aprovechamiento se quejan de que hace poco tiempo los técnicos caminaban los bosques plantando trampas contra el insecto para planificar las estrategias de combate, pero eso ha desaparecido. Las prioridades de las autoridades de Medio Ambiente y su ministro particularmente, no parecen estar a favor del bosque y la naturaleza del país
José Ernesto Devárez