Por Alejandro Santana
Nunca me imaginé que podía llegar el momento en que uno renegara de colegas, amigos, siempre entendí que la clase no se suicida, que debíamos protegernos el uno al otro, pero que va, todo ha cambiado.
Durante la gestión del PLD, se repartieron publicidad en los medios. Primero se dio una exoneración que abarcó a todos los que estábamos en los medios, en el ejercicio, no se cuestionó si no eran de ese partido, se benefició a todos por igual, a nadie se acorraló, se motivó la pluralidad.
Recuerdo los afanes de Mayo Banex de Jesús Laurens, para que todos contáramos con la publicidad del Estado, a nadie se le cerró la puerta.
También recuerdo el paso de la periodista Emma Pérez por las Relaciones Públicas de la Gobernación Provincial, hubo publicidad y no se encasilló a nadie de si era de un partido o del otro. Si tenía algún problema, la solidaridad era gestionada por ella, nunca se habló de partidos como condición.
Hoy, al entrar en la cuenta del NSTP, y leer algunas notas, me encuentro con una polémica iniciada por periodistas debidamente formados que están cuestionando el que se les dé publicidad a sus colegas porque no son del partido gobernante.
Qué vergüenza he sentido al ver la rebatiña política de colegas contra sus colegas, por una publicidad que realmente no está llegando.
He hasta leído a algunos hablar de limpieza en el SNTP, un gremio periodístico que ellos encontraron organizado y parido porque de, el viejo SNPP, fue formado por periodistas, que no eran licenciados debido a que para la fecha en nuestras Universidades no se impartía la carrera y los que se habían formado venían de Institutos, donde se impartía algunas de la materia de la carrera.
Cuánto hemos cambiado. Los periodistas de más tiempo en el ejercicio, formados en Institutos, en escuelas por correspondencia o en las redacciones de periódicos de circulación nacional, vimos la oportunidad de organizarnos y formamos el primer gremio, el SNPP.
Luego lo hicimos más participativo, cambiamos de siglas, lo adaptamos para que otros dedicados al oficio ligado al periodismo estuvieran organizados y entonces formamos el CDP.
Los que la ley de colegiación encontró trabajando periodismo lo asumió. Otros se quedaron en el viejo sindicato por ser el organismo de lucha de los periodistas y no lo podíamos dejar solo.
Todo ha sido armonía. Ya muchos de esos periodistas de la época difícil estamos pensionados, pensionados por el CDP, que los sometió al Poder Ejecutivo para que disfrutaran de un retiro lejos de la indigencia. Pero hoy noveles periodistas que no saben la sangre y sacrificio que costaron esos gremios están hablando de limpieza.
Yo estoy de acuerdo con la limpieza, pero luego de la ley de colegiación, porque ahora hay Universidades hasta en los lugares más apartados que imparten la carrera y ya no hay razones para empíricos.
Como si se aplicaran las leyes del colegio, otros profesionales que nada tienen que ver con el ejercicio sean los que estén en los medios, quitando la posibilidad a profesionales del periodismo.
Pero eso a mí no me quita el sueño. Si me preocupa el que colegas por ser de un partido que está en el poder, se atribuyan el derecho absoluto de disfrutar de la publicidad estatal, llegando a cuestionar que ciudadanos periodistas que no sean del partido se les otorgue una publicidad.
Eso me llena de vergüenza, me preocupa y hasta me da pena por ustedes, porque cuando salgan de él, nunca más volverán.
Gracias que quienes hasta ahora han dirigido los gremios no piensan igual que ustedes, que al igual que antes también profesan la integración de la clase, no la de un militante de partido político. Reflexionen colegas, con la misma vara que hoy miden mañana los medirán.