OPINIÓN

Arte de Dirigir

 

Por Clemente Terrero 

Arte, en esencia, es toda actividad que se realiza con estética para comunicar ideas y emociones, es todo lo que se hace con elegancia, con esmero y dedicación.

Para hacer arte hay que tener capacidad, habilidad, talento y experiencia. El arte es una expresión de la creatividad humana. Es estilo y orden, es método y técnica en los procesos.

Una organización está compuesta por personas con diferentes competencias, que piensan, actúan y sienten de manera distinta. Para armonizar todos esos procesos se requiere de una capacidad especial.

Se necesita tener arte para armonizar los procesos, para integrarlos en un todo participativo, para evitar el surgimiento de conflictos que pudieran afectar la eficiencia y gobernanza en el grupo.

En una organización, nadie puede hacer las cosas solo, el trabajo es colectivo, encabezado por un dirigente, que se encargará de conducirlo para lograr los objetivos.

Las organizaciones humanas son entidades complejas, integradas por personas con  diferentes tipos de entendimiento, intereses y necesidades, que modulan la forma de pensar y actuar de cada uno.

Esas complejidades pueden generar conflictos que deben ser manejados con prudencia y mucha paciencia. Aunque muchos dirigentes se desesperan, porque no han aprendido a lidiar con esas situaciones, en la que deben usar con inteligencia la problemática. Éstos solo creen en la autoridad.

Se ha demostrado que cuando el dirigente se trata de imponer con su poder, los resultados son desastrosos. Está demostrado que el autoritarismo no ha funcionado en ningún lugar del mundo, debido a que sus fórmulas chocan con la naturaleza humana, la cual no tolera los abusos ni los maltratos, por eso se presentan situaciones que tienden a explotar en su momento.

Dirigir es un arte, que le permite a los dirigentes manejar con éxito las eventualidades que se presentan, para no fracasar. Está claro, el que dirige tiene que darle valor a lo que siente y piensa la gente, sobre todo, tener en cuenta sus derechos.

Las organizaciones tienen que ser manejadas con sabiduría, con mente fría, diálogo y consenso, echar a un lado el ego, la prepotencia y la arrogancia. Hay que identificarse con los problemas de la gente, sin dejar de enfatizar en que cada uno cumpla con su responsabilidad.

Dirigir, es un arte que nos sirve para reducir los conflictos, enseñar y crear conciencia y evitar el uso de la fuerza y represión. Porque en verdad, no vale la pena conseguir las cosas a la mala. En cada momento debe prevalecer el diálogo y el consenso.