BARAHONA ESPECTÁCULO MÚSICA

Un día como hoy pero del año 1944 nace en la comunidad de Polo Francisco Adriano Feliz Coco

Un día como hoy, pero del año 1944, nace en la comunidad de Polo, perteneciente en ese entonces al municipio de Cabral, Francisco Adriano Feliz Coco, quien desde muy temprana edad desarrolló sus dotes artísticas en el género de la bachata, convirtiéndose en uno de los primeros en grabar en discos de vinilo.

Conocido también como «El Zorro Negro», Franzo Cocco se caracterizó por sus canciones de desamor, cuyas letras, en su gran mayoría, estaban dirigidas a las mujeres de los cabarés que frecuentaba y que servían como inspiración para sus composiciones.

«Cabraleña y Viejaquera», la canción que marcó su carrera

Una de las canciones más emblemáticas de este connotado artista criollo fue «Cabraleña y Viejaquera», tema que, según se dice, fue dedicado a una mujer de Cabral con quien tuvo una larga relación y con la que procreó dos hijos. Esta canción causó gran revuelo en el sector femenino, ya que sus letras eran consideradas hirientes y ofensivas.

Aparentemente, desde su adolescencia, Franzo Cocco arrastraba consigo un profundo desamor, lo que lo llevó a utilizar sus canciones como un único medio de desahogo. A su repertorio de canciones de despecho se suman «La Iguana» y «Magaly», entre otras.

El tema «En el día de las madres», su legado inmortal

Sin embargo, se puede decir que el tema que lo ha inmortalizado es la canción «En el día de las madres», la cual aún se escucha en algunas radios durante la celebración de esta fecha tan especial.

Con su particular estilo de interpretación, cargado en ocasiones de jocosidad, Franzo Cocco puso en alto el nombre de su tierra natal, Polo, la que nunca olvidó y que siempre amó hasta el día de su fallecimiento, el 12 de octubre de 2008. Sus restos mortales reposan en el cementerio de su querida Polo.

Un ícono del folclor dominicano

Franzo Cocco, sin duda alguna, fue un ícono del folclor dominicano. Su legado musical, marcado por sus letras cargadas de sentimiento y su particular estilo de interpretación, lo convierten en una figura imprescindible dentro de la historia de la bachata.

Su memoria y su obra siguen vivas en el corazón de los dominicanos, especialmente en su tierra natal, Polo, donde su nombre es recordado con gran cariño y admiración.